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martes, 29 de enero de 2013

Semana 20: El vestido azul

Ha sido (para variar) una semana dura, mentalmente hablando. Ahora que puedo decir que he acentado mis buenos hàbitos no pude apartar de los pensamientos de gorda, esos que te hacen querer comer cucharadas de arequipe a las dos de la mañana o marte una cerveza con el almuerzo; y no digo que esto este del todo mal, pero sentìa que lo hacia a propósito, sabía que estaba mal, sé lo que le va a hacer a mi cuerpo, no lo disfruto y sin embargo...

En las últimas semanas he tenido un pensamiento recurrente No lo voy a lograr, en cualquier momento desisto.  Porque eso es lo que hago, es parte de mi, intento algo nuevo, lo amo por meses y luego lo dejo por otra cosa, me distraigo, me aburro y lo termino pero en este caso no puedo simplemente desistir en mi bienestar  ¿que clase de persona soy si ni siquiera tengo fe en mi misma? esto no lo puedo abandonar, me lo prohibo. Se muy bien como es abandonarse, se bien lo que es desear que todo pare y no quiero volver allí, vivir con un pie en la tumba no es una manera.

Y es que esto es mas que contar calorìasm es una lucha, es estar en constante diálogo con uno mismo lo que hace desatar temas muy jodidos de uno, es un efecto dominò.  Si biene s duro se que es lo mejor que he hecho por mi en mi vida.

Y reromando los hábitos me sorprende como rechaza mi cuerpo la carne roja, hace un año jamás hubiese pensado lo mucho que sufre mi cuerpo cuando por alguna razón lo obligo a consumir carne  roja, ya un plato con arroz y un bistec me es repulsivo, el olor se ha vuelto inaguantable; luego el cuerpo pasa el día reclamandomelo, pidiendome verduras, jugos, algo que lo salve de la pesadez de la carne de animal.

La alegría de esta semana me la dí ayer cuando en uno de mis intentos por organizar mi closet me encontre con una bolsa de ropa que ya no uso y entre tantas cosas estaba un vestido azul que mi madre me había hecho cuando yo tenía catorce años, hace mucho que dejó de quedarme hasta el día de ayer en donde no saben que alegría me dió poder subir hasta arriba el cierre y, ya se que es una trivialidad pero ahora mismo lo tengo colgado en una pared de mi habitación, es un vestido grande tengo que decir, es mucha tela pero es mejor que nada, una pequeña victoria. Ya son cuatro meses de este proyecto y siento que he vivido ya dos vidas.

80.0 kilos.

martes, 22 de enero de 2013

Semana 19

80,8
No estoy de animos.

martes, 15 de enero de 2013

Semana 18: Dejarse de guebonadas y seguir

Al fin vuelvo a las buenas costumbres. Ya el cataclismo de las navidades ha pasado. Me siento humana y menos culpable. He comenzado a llevar un diario de comida (un fastidio) en donde escribo todo lo que como y la hora en que lo como, haciendolo me he dado cuenta que aunque estoy comiendo bien es ridiculo que acompañe casi todo con un trocito de queso, puedo vivir sin leche, carne y huevos pero el queso... eso es tema pesado, una de mis metas esta semana es no comer queso, junto todas mis fuerzas para no hacerlo.

La eliptica ha vuelto a mi vida y sonrio cada vez que la veo. Estuve alternando entre taebo y la eliptica y pude notar como esa hora en la eliptica no fue tan matadora como antes, le subi resistencia y me siento genial. Es cierto, estoy mas fuerte, tengo muchisima mas resistencia de cuando empeze todo esto.

Si bien esta semana me vi atacada por un frasco de dulce de leche argentino (restos de mis regalos de cumpleaños) me sosprendi al ver que igual me fue bien pero me entristece al mismo tiempo pensar que lo pude haber hecho mejor.

ES INSOPORTABLE, toda la ropa quw tengo me queda grande, pero tengo terror de ir a comprar ropa ahora yq ue luego tenga de deshacerme de ella, los cinturones y vestidos osn mis mejores amigos, además ajustando un poco algunos pantalones podré sobrevivir un par de meses más.

81.8kilos
(como odio todavía estar en los ochentas)

lunes, 7 de enero de 2013

Semana 15,16 y 17



83.5 kilos.