Es cosa rara que después de todas estas semanas de pesajes y mediciones (porque las hago así no actualice el blog) cada vez tenga menos importancia en mi. Explico, al principio cada centímetro, cada gramo era de vida o muerte. Ahora que puedo decir que he cambiado mi forma de ver la comida los números son eso, números, más puede un par de shorts enormes o ver mi cuerpo en un espejo que lo que la cinta métrica o el peso digan. Cosa que me hace pensar que antes estaba equivocada, no entendía lo que ahora entiendo; supongo que es parte del proceso.
En los últimos meses mi vida ha cambiado, mucho. Y he de confesar que he recibido miradas raras con mis acostumbrados chistes de gorda, y no me refiero a hacerlos hacia alguien más, sino los que me hacía hacia mí. Es una costumbre que descubrí que tenía hace muy poco cuando me refería a mi como la más gorda y alguien me hacía ver mi equivocación.
Este fin de semana hice cardio y OH COMO LO EXTRAÑABA. Todavía no me creo estar escribiendo esto, pero, que bien se siente. Siento que hago una cosa buena por mi cuerpo, siento que el mismo cuerpo me lo agradece, cada gota de sudor se siente liberadora, fresca, me siento muy viva.
Esta, es una etapa MUY extraña y a la vez muy feliz en mi vida, y agradezco compartirla con ustedes. Gracias por sus correos, sus tweets, sus mensajes. Me conmueve enormemente que estas letras ayuden a alguien a mejorar.
Abrazos.
Diana.